Recientemente, escuché a una madre embarazada describir su lucha nocturna: “Siento como si mis piernas tuvieran una necesidad incontrolable de moverse. Es como si hormigas estuvieran caminando sobre mí. Esto solo ocurre por la noche y no puedo descansar. ¿Qué debo hacer?” Aunque no es una llamada común, de vez en cuando, recibo mensajes de mamás que comparten su tormento. Intentan conseguir un buen sueño por el bienestar de sus bebés, pero esta condición lo hace casi imposible. ¡Es realmente frustrante!
Lo que esta madre experimenta se conoce como el Síndrome de las Piernas Inquietas (RLS, por sus siglas en inglés). Este trastorno del sueño afecta entre el 5% y el 15% de la población en EE.UU., siendo más común en mujeres, especialmente durante el embarazo, donde entre el 10% y el 34% de las embarazadas lo padecen. Se manifiesta como una sensación incómoda en las piernas que empeora por la noche, provocando un impulso apremiante de moverlas. Al mover o masajear las piernas, las personas suelen encontrar alivio, pero esto puede ser un gran obstáculo cuando intentan dormir, algo esencial durante el embarazo.
Los síntomas tienden a ser más intensos en el tercer trimestre y, cuando el RLS aparece por primera vez durante el embarazo, se clasifica como RLS secundario. Afortunadamente, en la mayoría de los casos, los síntomas desaparecen después del parto, aunque algunas mujeres pueden seguir sintiéndose incómodas por semanas.
¿Qué Pueden Hacer las Mujeres Embarazadas?
Es crucial hablar con su médico. Para diagnosticar el RLS, se deben cumplir ciertos criterios, como la necesidad incontrolable de mover las piernas, la aparición de síntomas al intentar dormir, que el movimiento alivie la incomodidad y que los síntomas empeoren en la tarde o noche. A veces, es necesario descartar otras condiciones que puedan parecerse al RLS.
Las causas del RLS durante el embarazo todavía no están claras. Se ha investigado mucho sobre el papel del folato, el hierro y los niveles de vitamina D. Algunas mujeres con RLS tienen niveles más bajos de folato, pero los resultados son variados. Además, puede que la falta de vitamina D, que no es infrecuente en el embarazo, afecte la actividad de la dopamina, un neurotransmisor que regula el movimiento. Otros factores de riesgo incluyen antecedentes familiares de RLS, haber tenido RLS en embarazos anteriores, fumar, consumir cafeína y tener un flujo sanguíneo inadecuado.
Manejo de los Síntomas
Para manejar los síntomas, es fundamental ayudar a las mujeres a encontrar alivio. La falta de sueño puede afectar el estado de ánimo y el bienestar general, lo que puede complicar el embarazo. Evitar desencadenantes como el tabaco y la cafeína puede ayudar. Las medidas conservadoras incluyen masajes, estiramientos, usar medias de compresión, tomar baños tibios y hacer ejercicio moderado. Si hay deficiencias de hierro o folato, se pueden considerar suplementos. Si las medidas no son efectivas, es posible que se necesiten medicamentos, pero siempre bajo la supervisión de un profesional de la salud.
Es común que las mujeres embarazadas experimenten trastornos del sueño, y el RLS es uno de ellos. Para muchas, los síntomas se desvanecen después del parto, pero la espera puede ser difícil. Por eso, es vital discutir las opciones con un médico para un diagnóstico y tratamiento adecuados, porque al final, lo que todas desean es disfrutar de un descanso reparador.
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Resumen
El Síndrome de las Piernas Inquietas (RLS) es un trastorno común en mujeres embarazadas, que provoca una necesidad incontrolable de mover las piernas, especialmente por la noche. Aunque generalmente los síntomas desaparecen después del parto, pueden ser una gran fuente de incomodidad durante la espera. Es fundamental que las mujeres embarazadas hablen con sus médicos para recibir un diagnóstico adecuado y explorar opciones de tratamiento, que pueden incluir cambios en el estilo de vida, suplementos y, en algunos casos, medicamentos.