¿Sabías que a los 25 años, 1 de cada 2 personas sexualmente activas habrá contraído alguna enfermedad de transmisión sexual (ETS)? ¡Es asombroso! Este dato subraya la necesidad de hablar sobre este tema, que a menudo se considera tabú. Así que, mientras nos adentramos en el Mes Nacional de Concientización sobre las ETS, es un buen momento para discutir cómo pueden afectar a las personas, incluidas las mujeres embarazadas y lactantes. Las ETS pueden impactar a cualquiera, sin excepción.
Recuerdo que una vez, una amiga llamada Laura nos contactó angustiada por un resultado positivo en una prueba de ETS, tras descubrir que su pareja le había sido infiel. Ella había recibido un diagnóstico de una infección bacteriana y su médico le recetó un antibiótico, pero tenía dudas sobre su seguridad durante la lactancia. Se preguntaba si el antibiótico podría afectar a su bebé o si ya lo había infectado antes de enterarse de su condición. Después de buscar información en línea, se sintió más confundida que antes y decidió consultar a nuestro equipo. Así que, investigué lo último en estudios para ofrecerle información clara y basada en evidencia.
Pruebas de ETS: Conocer su estado es mejor para usted y su bebé
Muchas ETS son asintomáticas, lo que significa que una mujer podría estar infectada sin saberlo. Algunas pruebas se realizan de rutina durante el embarazo, como para la sífilis o el VIH, pero otras solo se hacen si hay factores de riesgo. Es fundamental informar a tu médico si experimentas síntomas o crees que has estado expuesta a alguna ETS. Tratar las ETS a tiempo puede prevenir la transmisión al bebé, ya sea durante el embarazo o a través de la leche materna.
Los efectos negativos de las ETS no tratadas pueden incluir:
- Parto prematuro
- Bajo peso al nacer
- Pérdida del embarazo
- Infecciones en órganos del bebé
- Ruptura prematura de membranas
Tratando las ETS en mamás lactantes
Una vez diagnosticada, es crucial iniciar el tratamiento de inmediato. Los antibióticos son comunes para las infecciones bacterianas, mientras que los antivirales ayudan con las virales. La buena noticia es que muchos de estos medicamentos son seguros durante el embarazo y la lactancia. Puede revisar nuestra colección de hojas informativas sobre antibióticos y tratamientos antivirales aquí.
Sin embargo, si estás amamantando y tienes una ETS, debes ser cautelosa. Algunas ETS, como el herpes, pueden causar llagas que deben protegerse de que el bebé o el equipo de bombeo las toquen, para evitar la transmisión de infecciones.
“Más vale prevenir que lamentar.”
Es esencial mantener conversaciones abiertas con tu médico y tu pareja sobre tu estado en relación a las ETS. Si decides ser sexualmente activa, usa siempre protección y asegúrate de realizarte pruebas tan pronto como notes síntomas. Si tú o tu pareja están bajo tratamiento por una ETS, es mejor abstenerse durante ese tiempo.
Con esta información, pude tranquilizar a Laura sobre la importancia de tratar su ETS y que el antibiótico que le recetaron no tendría efectos negativos en su bebé. La mayoría de las ETS bacterianas no se transmiten a través de la leche materna, así que no había riesgo previo.
Si te encuentras en una situación similar, recuerda que siempre puedes buscar asesoramiento y apoyo. Hay recursos disponibles, como nuestro artículo sobre la administración segura de medicamentos a infantes y niños pequeños. También, si estás explorando opciones de inseminación, puedes consultar este kit de inseminación que es muy recomendado. Además, este recurso sobre el proceso de IVF es excelente para obtener más información sobre el embarazo y la inseminación en casa.
En resumen, es fundamental hablar abiertamente sobre las ETS, especialmente durante el embarazo y la lactancia. Con el conocimiento adecuado y la prevención, puedes cuidar tanto de ti misma como de tu bebé.