Sea lo que sea, es realmente incómodo.
Imagina que es viernes por la tarde y desde la mañana has sentido un cosquilleo en la garganta, presión en la nariz y la frente, y un constante goteo nasal. Estás convencida de que es un resfriado y no la gripe o COVID-19. Has intentado comunicarte con tu médico para averiguar qué medicamentos puedes tomar, ya que estás embarazada y te preocupa la posibilidad de tomar algo inapropiado. Cada hora que pasa, te sientes menos optimista sobre conseguir esa respuesta a tiempo y te preocupa tener que afrontar el fin de semana sin medicinas.
¿Qué hacer?
Podrías contactar a un especialista que pueda abordar tus preocupaciones. Es común que las mujeres embarazadas busquen asesoría sobre medicamentos seguros, ya que a menudo no reciben una lista de opciones aprobadas por sus médicos para problemas comunes como resfriados, diarrea o estreñimiento.
Un resfriado es causado por uno de más de 200 virus que inflaman las membranas de la garganta y la nariz. Los síntomas pueden variar; algunas personas solo experimentan congestión por un día, mientras que otras pueden lidiar con tos persistente durante semanas.
Hablemos de la fiebre
Normalmente, el resfriado no provoca fiebre, pero si tienes una temperatura de 100.4 °F (38 °C) o más, es recomendable que tomes algo para aliviar el malestar. El acetaminofén (paracetamol) es generalmente seguro durante el embarazo y no se ha asociado con riesgos para el bebé en desarrollo.
Si tienes dudas sobre si lo que tienes es gripe o resfriado, el CDC ofrece guías útiles que te pueden ayudar. Si sospechas que podrías tener gripe, es mejor que acudas a tu médico, quien puede realizar una prueba. Si resulta que es gripe, podrían recetarte antivirales que son seguros y efectivos durante el embarazo. Es crucial comenzar el tratamiento dentro de las 48 horas de la aparición de los síntomas para obtener los mejores resultados.
Alivio de la tos y congestión
Cuando se trata de aliviar la tos, es importante elegir medicamentos con menos ingredientes, y preferiblemente sin alcohol. También, los remedios naturales como la miel y el té tibio pueden ser efectivos para calmar la garganta. Sin embargo, no olvides que la miel no debe darse a bebés menores de un año.
Si tienes congestión nasal, hay varios descongestionantes de venta libre, pero es preferible considerar opciones que no expongan tanto al bebé. Alternativas como la irrigación nasal o el uso de humidificadores son excelentes porque solo requieren agua, lo que significa que no hay medicamentos involucrados. Las tiras nasales también pueden ayudar a abrir las vías respiratorias sin ningún riesgo durante el embarazo.
Precauciones con ciertos remedios
Es importante tener cuidado con ciertos remedios, como la vitamina C y el zinc, ya que no se recomienda su uso en dosis altas durante el embarazo. Además, los antiinflamatorios no esteroides (AINE) como el ibuprofeno y la aspirina generalmente no se recomiendan.
Recursos adicionales
Si quieres más ideas sobre cómo hacer que la experiencia de estar en casa sea más divertida para tus hijos, echa un vistazo a este artículo sobre actividades creativas de Pascua. También, si estás considerando métodos de inseminación en casa, puedes consultar a expertos como los de Make a Mom para obtener un kit adecuado. Y si deseas más información sobre los servicios de inseminación intrauterina, Hopkins Medicine tiene excelentes recursos.
Conclusión
En resumen, si te sientes enferma durante el embarazo, hay opciones seguras y efectivas que puedes considerar, desde medicamentos aprobados hasta remedios naturales. Siempre es mejor consultar a un profesional de la salud si tienes dudas.